Paraguay Is Soon To Be Brimming With New Energy EN|ES

Every five years, Paraguay is reinvigorated with a new congress and a new President, who is constitutionally bound to serve only a single term. In 2023, this five-year cycle will end alongside the terms of a 50-year energy sharing agreement known as the Itaipu Treaty, which will allow Paraguay to renegotiate the price at which it sells electricity generated by the Itaipu Dam––the world’s second largest energy generator shared between Paraguay and Brazil. From that point on, Paraguay will have the power to dramatically boost both its national revenue and internal energy capacity. Internationally, Paraguay hopes that its re-emergence from more than a century of marginalisation will lift its profile as a centre of growth and opportunity at the heart of the South American continent.

Paraguay, as former minister of Finance and Presidential hopeful Santiago Peña says, is situated in a rough neighbourhood. Squeezed between Argentina, Bolivia, and Brazil, Paraguay has been aptly described as an ‘island surrounded by land’. In the 1860s, the country was almost annihilated by a combined force of Brazil, Argentina, and Uruguay in the War of the Triple Alliance, where by some estimates more than half of all Paraguayans lost their lives. What was then a steadily developing nation in Latin America, Paraguay has since struggled to recover and today remains one of the least economically developed on the continent.


From 1954 to 1989, Paraguay came under the control of the Cold War military dictatorship of Alfredo Stroessner, whose government began exploring hydroelectricity opportunities along Paraguay’s border with Brazil on the Paraná River. This culminated in the signing of the Itaipu Treaty in 1973, which has long been seen as an unfair deal that has favoured Brazil and fed the corruption of Paraguayan decisionmakers. Now up for renewal, renegotiated terms for the Itaipu Treaty will finally give Paraguay the opportunity to emerge as an equal player in the shared prosperity generated at its Brazilian border.

Cada cinco años, Paraguay lleva adelante su proceso electoral para elegir un nuevo congreso y presidente que, constitucionalmente, sólo puede servir solo un mandato. En el 2023, este ciclo de cinco años terminará, coincidiendo también con la finalización de un acuerdo de 50 años sobre el uso compartido de energía entre Paraguay y Brasil, conocido como el Tratado de Itaipú. Es así como el nuevo mandato presidencial tendrá el desafío de renegociar el tratado, siendo una oportunidad para mejorar el precio al que Paraguay vende actualmente la electricidad excedente generada por la represa de Itaipú – la segunda hidroeléctrica con mayor generación de energía en el mundo. Con la finalización de este primer periodo de 50 años,  Paraguay espera revertir la situación desventajosa en la que se cerró el tratado inicial y, así, impulsar su crecimiento económico.

Paraguay ha sido descrito como una ‘isla rodeada de tierra’, como menciona Santiago Peña,  ex-ministro de Finanzas y candidato presidencial, en su entrevista junto con ALELD. El país se encuentra en el corazón de sudamérica, rodeado por Argentina, Bolivia y Brasil. En la década de 1860, el país entró en una guerra conocida como la Guerra de la Triple Alianza, donde Argentina, Brasil y Uruguay se aliaron y combatieron a Paraguay, el cual perdió más de la mitad de su población masculina. Lo que entonces era una nación latinoamericana en desarrollo, Paraguay terminó sumamente devastado y, desde entonces, lucha por recuperarse. A pesar de que se fue viendo un gran crecimiento económico, Paraguay sigue siendo uno de los países con menor PBI en el continente.


Desde 1954 a 1989, Paraguay estuvo bajo la dictadura militar de Alfredo Stroessner, cuyo gobierno comenzó a explorar oportunidades para generar hidroeléctricas sobre el río Paraná, en la frontera con Brasil. Esto culminó con la firma del Tratado de Itaipú en 1973, que desde hace muchos años se considera un acuerdo injusto y poco transparente, que favoreció a Brasil y alimentó la corrupción en Paraguay. En la renegociación, Paraguay tendrá la oportunidad de emerger como un participante igualitario de la energía generada en su frontera con Brasil.

So what exactly does Paraguay stand to gain from a fairer Itaipu Treaty? Both Paraguay and Brazil equally split the construction and operation costs of the dam. Both are entitled to half of the dam’s output. However, until now, Brazil has disproportionately benefited from this arrangement. Paraguay only needs about 20 percent of the electricity generated by the Itaipu Dam. Under the soon-to-expire treaty, Paraguay can only sell its excess electricity exclusively to Brazil, and only at a preferential rate that does not vary with the external market cost of electricity. Under re-negotiated terms in 2023, Paraguay may be able to increase the cost at which it sells excess electricity, auction its electricity to other nations or the private sector, and adjust its prices to respond to the market value of competing energy sources.

Furthermore, the cost of generating electricity from Itaipu will fall dramatically in 2023. As of 2019, 60 percent of the total service costs running the dam consisted of debt repayments for the dam’s construction. These will be completely paid off by 2023, meaning greater profit from the same electricity output. Over the last decade, about 10 percent of Paraguay’s total fiscal revenue has come from the Itaipu Dam. Paraguay will not only benefit from greater revenue from more profitable energy production, but can also realise broader growth by passing on these energy cost savings to its domestic market and thereby boost economic activity nationally. Alternatively, if Paraguay’s national electricity operator, ANDE, maintains current electricity prices beyond 2023, it may redirect its greater profits towards improving Paraguay’s underdeveloped energy transmission and distribution infrastructure––again realising broad national gains.

Entonces, ¿qué es exactamente lo que puede ganar Paraguay con un Tratado de Itaipú más justo?  Paraguay y Brasil dividieron equitativamente los costos de construcción y operación de la represa, y ambos tienen derecho a la mitad de la energía producida. Sin embargo, Paraguay sólo necesita alrededor del 20% de la electricidad generada por la hidroeléctrica y el tratado estipula que dicho país sólo puede vender su exceso de electricidad a Brasil, con una tasa preferencial que no varíe con el costo de la electricidad en el mercado externo. Es por esto que, a lo largo de todos estos años, se ha considerado a Brasil como el mayor beneficiario del acuerdo firmado. Bajo las renegociaciones, que finalizarán en agosto de 2023, Paraguay tiene la oportunidad de discutir varios puntos del Tratado: el aumento del costo al que vende el exceso de electricidad, el ajuste del mismo a lo largo de los próximos 50 años que reflejen las variaciones externas del mercado, y la posibilidad de vender su electricidad sobrante a otras naciones y/o al sector privado.

En línea con esto, un aspecto importante es que el costo de generación de electricidad de Itaipú caerá drásticamente en 2023. En 2019, el 60% de los costos de la represa consistían en el pago de deuda por la construcción de la misma. Estos préstamos se terminarán de pagar en el 2023, lo que significará una reducción del costo de generación de electricidad. Durante la última década, el 10%  de los ingresos fiscales de Paraguay, aproximadamente, provinieron de la represa de Itaipú. Es por ello que, con una mejor renegociación del Anexo C del tratado, Paraguay no sólo se beneficiaría  de mayores ingresos por una producción de energía más rentable, sino que también podría lograr un crecimiento más amplio al transferir estos ahorros de costos energéticos a su mercado interno y, por lo tanto, impulsar la actividad económica a nivel nacional. Por otro lado, si el operador nacional de electricidad de Paraguay, ANDE, mantiene los precios actuales de la electricidad más allá del 2023, puede redirigir sus mayores ganancias hacia la mejora de la infraestructura de transmisión y distribución de la energía en el país––una vez más consiguiendo amplias ganancias nacionales.

Paraguay’s challenge will be to manage its clean energy boom equitably and transparently. Throughout its history, Paraguay has suffered from high levels of perceived corruption, weak institutions, and inequality. This century, Paraguay has made significant strides in stabilising its economy, and has seen greater growth than its neighbours, although political and economic volatility remains high. If Paraguay continues to strengthen its political, economic, and business environment, it may be able to attract investment and international interest as a growing renewable energy exporter.

After a tough history sidelined by a difficult region and an indifferent world, Paraguay should be proud to put itself back on the map. In many ways, Paraguay has proven its internal resilience over external pressures; it remains the last country in South America to maintain full diplomatic relations with the Republic of China (Taiwan), and its Indigenous language, Guaraní, is still spoken more widely than the colonial Spanish. A renegotiated Itaipu Treaty will not only give Paraguay the power to become a stronger and more equal player in its region, but also the energy to transform itself into a richer and more equal nation. Paraguay has worked hard to move on from its turbulent past. The Itaipu Dam is where Paraguay might turn that turbulence into great potential.

El desafío de Paraguay será manejar su auge de energía limpia de manera equitativa y transparente. A lo largo de su historia, Paraguay ha sufrido altos niveles de corrupción percibida, instituciones débiles y desigualdad. Este siglo, Paraguay ha hecho avances significativos en la estabilización de su economía, y ha visto un crecimiento mayor que sus vecinos, aunque la volatilidad política y económica sigue siendo alta. Sin embargo, si Paraguay continúa fortaleciendo su entorno político, económico y empresarial, puede ser capaz de atraer mayor interés internacional como un creciente exportador de energía más limpia.

Después de una dura historia, Paraguay tiene la posibilidad de posicionarse en el mundo de energías renovables. En muchos sentidos, Paraguay ha demostrado su capacidad de resiliencia frente a las presiones externas. Por ejemplo, Paraguay es uno de los únicos países en Latinoamérica que mantiene relaciones diplomáticas plenas con la República de China (Taiwán), y es uno de los países de las Américas que continúa usando su lengua nativa: el Guaraní. Una renegociación del Tratado de Itaipú más justo dará a Paraguay el poder no sólo de transformarse en un actor regional más igualitario, sino también la energía para transformarse en una nación más rica y más igualitaria. Paraguay ha trabajado duro para salir adelante, y en 2023 dará su próximo paso hacia un futuro mucho más brillante.

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